La mañana es fría en los bosques que rodean la Ciudad de México. Estamos a mediados de noviembre y la frescura de los pinos es sutilmente atravesada por un aroma de café y marihuana. Es el segundo día de la cata para seleccionar la mejor mota de la temporada, y los jueces de la Copa Cannábica México se despiertan poco a poco después de una noche de intensa fumadera. Faltan tres días, en los que tendrán que consumir diferentes muestras de flores, hachís, extractos, y comestibles para analizar sus componentes y sus sabores para poder elegir a los mejores.

Las copas cannábicas son eventos donde se reúnen cultivadores, extractores, activistas, consumidores y entusiastas de la marihuana para determinar las mejores yerbas de la temporada, presentadas ante un jurado de expertos que las cata y juzga. Creada por la revista High Times a finales de los años ochenta, la primera copa cannábica se originó en Ámsterdam; treinta años después ya es un ejercicio replicado en diversas latitudes del mundo, en donde algunas cuentan con festivales de música y entretenimiento adicionales a la cata de cannabis. En el caso de México, con el avance del debate regulatorio, tanto a nivel legislativo como social, han surgido diferentes expresiones de la sociedad tanto para exigir una regulación de cannabis, como para crear canales de información veraz sobre la planta y sus usos. En ese terreno surgió la primera Copa Cannábica México en 2018, y ahora existen al menos cuatro distintas copas organizadas en diferentes localidades del país, en donde los cultivadores mexicanos presentan sus muestras para recibir una calificación y una retroalimentación sobre sus métodos de cultivo.

 

Para llegar al recinto de la cata se debe tomar un tramo de carretera, después unas calles y finalmente un camino empedrado. Una vez ahí, una cabaña de madera con grandes vidrios da la bienvenida a un mundo de hadas. Diferentes construcciones con techos rojos que asemejan hongos están esparcidas por un enorme terreno boscoso, con caminos, senderos, esculturas, miradores, fuentes y un trampolín que ofrecen un espacio con los requerimientos necesarios para una cata: que sea una locación secreta y segura, que el humo de cannabis no moleste a ningún vecino, y que esté suficientemente cómoda y volada para pasar cuatro días fumando.

En una mesa colocada en el jardín principal de la casa, los artefactos para la cata esperan la llegada de los jueces que en esta ocasión decidirán la mejor marihuana del país. Una charola para trozar las flores y rolar los porros, sábanas de diferentes tamaños, boquillas de vidrio, lupas, granos de café para resetear el olfato, una pipa y un micrófono esperaban a cada experto en su lugar. Aunque en otras ocasiones las catas han contado con un público que puede interactuar con los jueces y participar en el evento, a raíz de la pandemia de COVID y las consecuentes medidas de aislamiento, esta cata es transmitida en vivo, para que cualquier pacheco pueda acompañar desde su hogar mientras escuchan a los jueces desmenuzar una por una las flores más selectas de la temporada.

 

El jurado está compuesto por personalidades del mundo cannábico mexicano que por años han dedicado sus días a estudiar la planta, sus componentes y propiedades, así como a luchar por una regulación que permita una relación fructífera y no punitiva. Ahí se reínen cultivadoras como Polita Pepper (Cannativa), Óscar Salgado (Makka Seeds), Stehen Clarke (Heaven Grown); activistas como Zara Snapp (Instituto Ría), Julio Zenil (Cáñamo), César Abazi (Somos Uno), Sam Cárdenas y Eduardo Zafra (Trajinera Cannábica). Tras presentarse al auditorio digital, las muestras son entregadas para que los jueces comiencen con el proceso de calificación.

 

Una por una las flores llegan a los jueces en frascos de vidrio transparente, marcadas únicamente con un número de muestra y un indicativo para separar aquellas crecidas en interior y en exterior. Esto se hace para garantizar el anonimato de las muestras y que la calificación se base únicamente en sus cualidades organolépticas (aquellas percibidas con los sentidos). La transmisión digital arranca y los jueces narrar una por una las marihuanas que desfilan ante ellos.

Debido al número de muestras, la cata se divide en cuatro días, en los que cada día los jueces prueban aproximadamente 10 muestras. Las primeras muestras corresponden a marihuana cultivada en exterior, para las que los jueces dan algunos consejos y retroalimentación. A partir de la cuarta muestra lo único que llega son flores de interior, con olores más presentes y potencias más notorias. El efecto de estas marihuanas es evidente en los jueces. El poder de la marihuana de interior sumado al número de muestras que los jueces acumulan con cada bocanada hace que la formalidad con la que comenzó la cata se transforme en risas, chistes y comentarios al azar característicos de alguien que disfruta los efectos psicoactivos del THC. La cata se vuelve más lenta y más divertida, y también más sabrosa. Por más divertidos y distraídos que lucen los jueces, rigurosamente anotan los parámetros en hojas con tabuladores que contemplan la presentación visual, el olor, el sabor, y la textura de cada flor. Es un trabajo difícil, pero los jueces son marihuanos profesionales entrenados para este tipo de eventos, y algunos más salvajes incluso. 

Con el final de la décima muestra de la noche termina también la transmisión. Los jueces conviven un rato, comen y recuperan energías mientras se preparan para descansar. Faltan dos días de intensas catas y luego dos días más de premiación. Si la cata corresponde a la parte seria de la Copa, la premiación es el evento donde además de anunciar a los ganadores se festeja la calidad del cannabis en nuestro país y la diversidad de la cultura cannábica local. Cientos de personas convivien alrededor de activaciones, entretenimiento y música en vivo: un auténtico festival de cannabis. Pero por ahora es momento de permanecer ocultos en los bosques de las afueras de la ciudad. Disfrutar el frío, el silencio y el resguardo necesario para degustar la marihuana más deliciosa que tenemos estos días.

 

@fixzion

 

 

 

 

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